10 nov 2008

Mítico Cambio

No sé que pensará Juan Plaza, con quien me he cruzado esta mañana en la facultad, pero yo tengo mi teoría de que cuando uno está mal escribe mucho mejor que cuando está bien. Es decir, que siempre que estoy preocupado es cuando más cosas me salen de dentro. Y cuando uno está feliz parece que se queda sin repertorio. Yo, al menos si estoy contento evito cargas negativas, sobre todo en mis pensamientos, consigouiendo así mantener el nivel de felicidad lo más elevado posible. Y si estoy mal, además de plasmar mis sentimientos negativos en letras que luego guardo en hojas sueltas, reservo unas cuantas, quizá las que más me gustan, para escribir aquí un par de líneas. Y cuando realmente estoy rallado, jodido o simplemente asqueado con un tema, cuando algo me provoca demasiado, me siento más pequeño. Y también vulnerable. Noto, pues, que mis letras son mucho más pobres e inconexas; es entonces cuando necesito el tónico que calma el dolor en mis letras: Un cambio. Un cambio externo, algo diferente.

Y como aún no me he decidido el tattoo y no lo tengo del todo seguro, aunque caerá pronto, sino un piercing, generalmente es cuando cambio de peinado, me corto el pelo completamente diferennte y eso, aunque suene estúpido, me hace más fuerte. Totalmente antagónico a Sansón, debería añadir eso a mi actualización anterior...

Y aqui quería yo llegar. A las míticas transformaciones de look, nunca demasiado notorias que, quienes me conocen, han visto sucederse en los últimos años. A la decisión inminente de siquiera dar tiempo a contársela a alguien. ¿Os suena a los de casa? ¿Sara?,¿Alberto?,¿Marta?,¿Antía? (...). Y con todo esto, además de explicar otro de mis misterios, intento darle un poco de coherencia, ahora que estoy a 3 días de mi gente, de mi ciudad (nunca pensé que utilizaría esta frase...) al mi cresta nueva. Que no os lleveis una sorpresa, porque es más de lo de siempre. Estaba en tercer grado y decidí hacerme fuerte de nuevo, subiendo al primer grado y con ánimo y fuerzas para enfrentarme de nuevo a las calles que tantos recuerdos me traen, que de tan buenos a veces, son los peores. Rehabilitado, cojo el autobús en la madrugada del Jueves al Viernes, y espero con ansia ya el café de mañaneo, recién llegado, con la niña de mi vida, que ve ma a sentar de lujo. Como mi propio Desayuno con Diamantes, acompañado de mi Audrey Hepburn particular. A mamá le hizo ilusión cuando se lo conté esta mañana. Tanto el desauyno como el corte de pelo. Así que me hará comida rica para cuando llegue, con el cariño de le corresponde a una madre. Así que estoy contento. De nuevo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Disfruta cuando estés allí y vigila el look que vas a hacerte. El frío del invierno en Salamanca puede congelar ideas...espero que eso no suceda.
saludosss

Rubén